¿Alguna vez te has planteado el origen de los cubiertos que utilizas todos los días en tu restaurante? Es probable que no, y es por eso que hoy queremos compartir contigo una historia de lo más curiosa: el nacimiento de nuestros utensilios Dalper.
Si hay una marca que sirve calidad en cada una de sus piezas esa es Dalper. ¿Por qué?
Porque la innovación de las últimas décadas nunca ha dejado de ir de la mano de los valores tradicionales, y esos valores, nacen en Guimaraes, Portugal.
Más concretamente el origen de Dalper está en Caldas das Taipas, un pueblo conocido por sus aguas termales desde la época romana. Un lugar con un gran valor histórico, y un importante sentido para Dalper: Sin las termas y sin el agua que de ellas emana, quizá no se hubiese desarrollado la marca, ni sería hoy reconocida por la alta calidad de su materia prima.
Lejos de ser únicamente un lugar para bañarse o acoger turismo, tiene unas condiciones naturales que propiciaron el desarrollo (y el éxito) del oficio artesanal del metal. Diluidos en el agua por tanto no solo hay sedimentos y minerales, sino también años de historia y conocimiento que forman parte de la cultura de Dalper.
Una historia de orígenes imperiales
Caldas das Taipas o, como se la conoce oficialmente, Caldelas, es un pueblo situado en Guimaraes (Portugal). Su historia se remonta a la época romana, donde ya se encuentran testimonios de que allí había unos baños termales de suma importancia.
Con el paso de los años se han ido descubriendo otras zonas termales y, aunque mayoritariamente se han usado como baños y spas, estas aguas tienen una estrecha y lógica relación con la historia de la metalurgia, por tanto, con la historia de Dalper.
Unas condiciones perfectas
¿Qué tienen las aguas termales de Guimaraes que las hacen tan especiales? Pues que salen del suelo a aproximadamente 5ºC más de la temperatura a la que llegan a la superficie.
Además, contienen muchos componentes minerales que aportan calidad a la piedra de alrededor, convirtiéndola en una materia prima idónea para trabajar el metal. Estas condiciones fueron apreciadas y aprovechadas desde el primer momento, por lo que las aguas de Guimaraes siempre han sido fuente de abastecimiento para el gremio del metal.
Porque cuando hablamos de un oficio milenario como el del metal, que hoy en día sigue dando como resultado cuberterías de alta calidad, tenemos que remontarnos a los orígenes que, lejos de ser mecanizados, eran manuales y guiados por las condiciones naturales.
Así, las aguas termales de Caldas das Taipas, unidas a las del Río Eva y al tipo de piedra que se encuentra a su alrededor, crearon una especie de paraíso natural para trabajar el metal. Hasta allí se sintieron atraídos muchos artesanos que desarrollaron allí su oficio y dieron el primer paso para reconocerlo como lo que hoy sigue siendo: un gremio de referencia mundial.
La fábrica de Dalper: siempre al lado de los artesanos
Cuando Dalper se fundó en los años 60, no quiso que la modernidad supusiera el olvido de lo artesanal, por eso tuvo claro donde establecer su fábrica: al lado de las zonas termales.
Es la herencia de la naturaleza y de la artesanía la que permite que Dalper continúe la historia de un lugar tan especial para el mundo del metal como es Guimaraes. Lo hace además manteniendo el cuidado por el detalle, la alta calidad de sus acabados y la elaboración artesanal de sus piezas más especiales.
De este modo no solo rinde homenaje al antiguo gremio, sino que también se nutre de la excelencia de las aguas termales, aprovechando su aporte mineral y el conocimiento que en ellas dejaron los artesanos, aquellos que llegaron allí por primera vez para trabajar los metales.
Igual que estos buscaban la practicidad de los objetos que fabricaban, Dalper quiere seguir ofreciendo esa misma funcionalidad y calidad a la vez que añade innovación y estética al proceso.
Innovación y tradición
El paso de los años no es en balde, por eso desde la fábrica de Dalper se han adaptado a los nuevos tiempos sin olvidar los pasados.
Para conseguirlo han combinado la tecnología con los procesos de elaboración artesanos. Igual que aprovechan las innovaciones en maquinaria para hacer sus procedimientos más eficientes, siguen beneficiándose e interiorizando esa manera de trabajar que popularizó el antiguo gremio.
¿El resultado? 60 años donde estética, funcionalidad e innovación han continuado la historia del metal de Guimaraes, llevándola a más de 80 países con sus colecciones de cubertería de acero inoxidable.
Son muchas las cosas que cambian, pero lo que no lo hace es el objetivo de la marca por seguir utilizando materias primas de calidad. Además, la cercanía con estas materias propicia un mejor seguimiento de cada fase del proceso de fabricación.
¿Conocías la importancia que Guimaraes tiene para Dalper? Cada vez que usas una de las piezas de la marca ahora ya sabes que tras ella se recogen años de conocimiento y artesanía, justo lo que la cubertería de tu restaurante y hogar necesitan para destacar.
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